(En Rancagua, 10 Septiembre 2012)
Quisiera agradecer el
esfuerzo y la dedicación de Ediciones Escaparate por convocar, preparar este
nuevo encuentro juntos a los compañeros del Inquietando desde el Margen,
también agradecer los comentarios de María Luisa.
Es un agrado compartir
con ustedes algunas ideas sobre este libro. Este partió como un proyecto de
tesis. Proyecto ambicioso sobre todo por escribir de una organización tan
golpeada por la Dictadura Militar de Pinochet y reitero DICTADURA MILITAR, para
no olvidar que en nuestro país existió.
Esta construcción no
resulto nada fácil sobre todo cuando la gran mayoría de mis amigos, conocidos y
el suscrito fueron militantes de ese partido tan criticado por la prensa, los
historiadores y el escaso material partidario ubicable.
Tortura, Clandestinidad y Dictadura, un juego de
palabras peligroso, complejo y sobre todo, con una fuerte carga valórica entre
los supervivientes. Una mirada desde la militancia mirista, nos acerca a lo
humano, a la vivencia, a las historias y desvelos de cientos de hombres y
mujeres en su afán de combatir el régimen militar: cuyas únicas armas de
respuesta fueron la violencia, la represión y la muerte.
En estos últimos 2
años, la Dictadura Militar que se extendió entre septiembre de 1973 a marzo de
1990, se ha constituido nuevamente en un período abierto a la discusión
académica, política e historiográfica sobre los orígenes y las consecuencias
del quiebre democrático, la refundación nacional o la implementación del modelo
económico. De esa manera han aparecido Los Archivos del Cardenal, los 80 y más
de una decena de textos que dan cuenta que es necesario hablar sobre este tema
nuevamente.
Respecto al MIR,
recuerdo cuatro textos en los últimos 12 meses, Carlos Sandoval Ambiado, MIR
(Coyunturas y Vivencias); Resistencia y Clandestinidad de Robinson Silva;
Tortura, Clandestinidad y Dictadura del suscrito, todos de la colección Rojo y
Negro y por último en agosto del 2012, Democracia y Lucha Armada (MIR y
Tupamaros) de Osvaldo Torres Gutiérrez.
Andrés Pascal Allende,
último secretario del MIR, señalo en la presentación de Democracia y Lucha
Armada “que en sus gavetas tenía entre libros, tesis y documentos cerca de 80
títulos sobre historia, miradas y similares… el suscrito tiene cerca de 20
títulos.
Lanzo una pregunta
abierta: Que mueve a escribir, hablar u relatar sobre el MIR?
... “Era agosto de
1982, época en que florecían y se generaba el descontento social que luego en
1983 se manifestó en las jornadas de protesta nacional. Allí eras un líder
político y militar enseñando a los nuevos cuadros, a los jóvenes milicianos que
habían crecido en dictadura a desarrollar las tareas de propaganda armada,
voladuras de torres de alta tensión, toma de radios. Recuerdo tu alegría cuando
producto de una acción en Radio Melipilla interviniste junto a otros compañeros
lanzando al aire una proclama política”…
Este trabajo aspira a
aportar a la reelaboración de la memoria colectiva, romper con la amnesia de
nuestro país, tras el trauma social de la dictadura militar y las políticas de
olvido impuestas por una transición pactada. Creo que la política y la historia
oficial, se han esmerado en prescindir de los proyectos reprimidos por la
dictadura, pues intuyen que dichas ideas hasta hoy ponen en jaque la
consolidación del modelo político, económico y valórico que heredamos del
gobierno militar.
... “La clandestinidad
era una cosa que tú la desconocías. La mirada que teníamos de clandestinidad
era el discurso de organizaciones clandestinas que en otros lugares del mundo
luchaban, pero era eso: un título, una definición, un concepto que no la
habíamos vivido, yo no lo había vivido, en el setenta y tres yo no tenía idea
lo que era la clandestinidad, no sabía”...
Así como en el olvido
hay una intención política, la memoria debe ser un argumento político a tanta amnesia
funcional. Surge entonces como un acto subversivo, una insolencia histórica
ante el olvido disciplinador. No es una acción neutra de recordar, sino la
actitud reflexiva de conocer y comprender.
Recuerdo:
- 15 de agosto 1965 han
pasado largos 47 años de la fundación del MIR
- 23 y 24 de agosto 1984
han pasado ya 28 años de una serie de asesinatos en contra del Comité Central
en las zonas aledañas a Concepción
- 04 de septiembre de
1970, largos 42 años de un proyecto social popular trunco liderado por Salvador
Allende Gossens
- Ayer 04 de septiembre
de 1989, 23 años del asesinato de joven dirigente del MIR Jecar Neghme Cristi.
El próximo año se
cumple 40 años desde el golpe militar que cercenara una democracia y proyecto
inclusivo que incorporaba a las masas y particularmente a los pobres del campo
y la ciudad.
Ellos, los olvidados,
los ausente-presente, están allí aguardando, esperando la justicia como una
reparación, como una puerta que nos abra nuevos caminos por donde transitar
libremente hacia nuestro propio proyecto.
Como plantea Mabel
Morana: "La memoria es un campo de batalla, un acto político y
programático, un derecho que se ejerce o se pierde”
Los años 80 comienzan
con la aparición de fenómenos desconocidos en la sociedad chilena, los que
muestran incipientes cambios en la resistencia a la dictadura militar. El miedo
inicial a la represión se comenzó a perder y las muestras de descontento contra
el régimen de Pinochet, comenzaron a multiplicarse. En ese contexto, irrumpen
las jornadas de protesta nacionales en 1983, que toman por sorpresa al conjunto
de las fuerzas políticas, sociales y a la propia dictadura.
... “Desde que entré a
militar al MIR, luego cuando fui detenida y torturada, fueron episodios fuertes
de crecimiento, que van marcando las vidas... cuando estuve en la
clandestinidad, para mí fue decisivo, ya que nunca la había vivido... Me marcó
en pequeñas cosas para valorar y a veces lo he conversado con otros
compañeros... de hecho, a la única persona cercana que vi, en esos tiempos, fue
a mi vieja”...
Impedir a una
generación escribir su propia historia, es privar a la historia de las
interrogantes de una generación que dio su vida. De ahí que reclamo el derecho
a cada generación a pensar su propia historia, no sólo a hacerla, sino a
escribirla, a plantear sus propias interrogantes y problemas para tiempos
futuros y al propio presente.
Un intento de
respuesta a la pregunta anunciada anteriormente…
CITO: El trabajo del
historiador, como cualquier trabajo sobre el pasado, no consiste solamente en
establecer unos hechos, sino también en elegir algunos de ellos por ser más
destacados y más significativos que otros, relacionándolos después entre sí;
ahora bien, semejante trabajo de selección y de combinación está orientado
necesariamente por la búsqueda no de la verdad sino del bien (Todorov).
GRACIAS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario